Me temo

ME TEMO que he perdido el camino, la llave. Me temo que he perdido las tardes de membrillos y de siega, el consuelo la encina, las orillas de un río que me atraviesa de norte a corazón. Me temo que he perdido mi pueblo y su gente. No encuentro una senda por la que volver, como volvía el ganado al calor de la paja. Ni un resquicio por donde unirme a la ruta segura de las golondrinas: he perdido la risa de una calle que no sabe ya pronunciar mi nombre. ¿Qué habrá sido de mi gato, de las toallas de mi abuela, del viejo reloj de bolsillo, de los besos de mi madre? ¿Quién ocupará mi silla, el lado derecho de la cama, el trozo de pared en la que un día estuvo colgado mi retrato? Me temo que he perdido mi sitio, el mosto de la paciencia, la algarabía de los día de fiesta, la voz inconfundible de mi padre. Me temo que he perdido el valor y la fe en la amistad. Y como todo parece acomodado a la ausencia, imposible ahondar en los recuerdos, como quemar azúcar en las tazas del chinero o buscar en el armario el olor de esa presencia sepultada a la esperanza. Mas quizá no importe tanto que los días no se rían con mi gracia ni que el geranio se seque sobre el alféizar de una ventana que ya no es mía, quizá no importe lo que a mí me importa. De todas formas, me temo que he perdido la palabra, la fuerza para amar, me temo que te he perdido a ti: pueblo mío. Antonia Cerrato Martín-Romo 15 de septiembre de 2011 Para su publicación en El Vuelo de la Palabra 2012 Publicado por http://gallosquiebranalbores.blogspot.com.es/2012/03/la-intuicion-poetica-de-antonia-cerrato.html