María
nos relata en Mis días con Marcela,
11 historias a cual más pintoresca, con una mezcla de ironía (rayana en el
sarcasmo) e ingenuidad, aunque, a mi entender, bastante cercana al teatro de lo absurdo, con disparatados finales, donde la autora nos invita
a cuestionarnos los parámetros con los
que medimos los estadios de felicidad o hastío.
La incoherencia de sus personajes, lo
estrambótico de su proceder, hace que el libro sea una continua sorpresa donde
la norma, huelga, lo lógico, desaparece. Así se van sucediendo acontecimientos
con aparente falta de dramatismo, en el que la desmitificación de la muerte, es
una constante y aunque intente quedar un resquicio para el humor, termina por
colarse la tristeza que impregnan la mayoría de los relatos.
María
no ceja de mostrarnos una realidad grotesca como si perteneciera al mundo
irreal de los cuentos, sin embargo, guarda bastante similitud con el panorama
que actualmente nos circunda.
El
libro es, además, un compendio de metáforas bien distribuidas tanto en diálogos
como en descripciones, donde como sin querer, se le escapa la poesía. También
tiene alusiones a personajes célebres como Calderón, Martin Luther King o Van Goh.
Con
estas 11 historias, creo que María ha querido mostrarnos el extravagante sin
sentido de la vida.
Antonia
Cerrato Martín-Romo
15
de octubre de 2012
Tu presentación de su obra ya nos hace una idea muy clara de qué vamos a disfrutar en su libro, y formas un trampolín perfecto para alzar su pasta dura... Gracias Toni por darnos una velada con María tan especial y la deseamos ... ¡Muchos éxitos con su libro! Bss
ResponderEliminarUna obra entretenida,con historias interesantes e inteligentemente elaboradas. Relatos para todos los públicos y unos poemas bellos. Todo ello, unido a buen ambiente que reinó en el Victoria, hizo que fuera una velada inolvidable. Un beso.
ResponderEliminar