LA FLOR DEL CAFÉ
Te descubro, Colombia,
al amor de la taza de
café.
Me quema el recuerdo de
una flor blanca
sonrojada en fruto
allá, en la paz de la
selva;
contraste perverso
en un país convulso
incapaz de conciliar con
la Natura
su sed de poder.
El tibio contacto contra
mi boca
desencadena el ritmo de una marimba del Chocó
donde el blanco y el negro
de tus días
se abraza a dos mares
y se mezcla con el son
amargo
de tanta violencia.
¡Ah, la guerra! Sinfonía
maldita que recorre
y muerde tu cuerpo, al compás de las balas;
burla y escarnio de ese
carnaval sangriento…
que no es el de
Barranquilla.
Te descubro, Colombia,
entre el aroma
inconfundible de la jícara caliente
y me arden las manos, como
esas de las chapoleras,
incapaces de abolir tanta injusticia.
Y se me antoja un ¡basta!
Tan alto
que iguala en esencia a
tus Palmas de Cera.
Porque es hora, Colombia,
de que vuelva la paz a tus
gentes, a tus ciudades,
a tus campos, a la selva¡ LA PAZ!, LA PAZ…
blanca y hermosa, como la
flor del café.
Antonia Cerrato
Martín-Romo
20 de Mayo de 2013
Hola Antonia,deseamos que llegue la paz, tus letras gritan al cielo, pero la maldad del hombre se ha vuelto casi incontrolable, su ambición hace agonizar al pueblo de Colombia y como todos los países de una forma u otra quieren gustar del bote, mucho me temo que nuestros ojos no verán totalmente esa paz, pero luchemos con lo que tenemos. Nuestras letras de protesta social.
ResponderEliminarGracias Antonia
Con ternura te dejo un beso
Sor.Cecilia
Que bello tu poema y que terrible la guerra sin cuatel de los "carteles" que asolan a Colombia y sus buenas gentes. La implantación y tráfico de blancuras infaustas que no tienen nada que ver con la blancura hermosa de la Flor del Café.
ResponderEliminarLa blancura falaz del más terible de los egoísmos.
Besos. María
Muy buen poema Antonia, más aún con el fondo que tiene. Que llegue la paz en esa bonita tierra. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
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